

Señor, cuánto diera yó por ser el manto
que cubría tu cuerpo lastimado
y limpiar las heridas de tus manos
y la sangre que lavó nuestros pecados.
Cuánto diera yó por ser aquél ladrón
que contigo allí murió crucificado,
aquel que tuvo la dicha de pedirte perdón
y que ahora se encuentra allá a Tu lado.
Cuánto diera mi Señor por ser la estrella
que alegre al mundo tu nacimiento anunció
aquella noche en Belén, serena y bella
en que a los tres reyes magos a tu pesebre guió.
Cuánto diera por tocar Tu santo manto
o la dicha de poder lavar tus pies,
Padre en tu misericordia me das tanto!
qué no te pida yo, Señor, que no me des!

No merezco ni pasar frente a tu casa
pero tú me has invitado y aquí estoy,
para darte honor y gloria y alabanza
y para darte las gracias por lo que soy.
Yo fuí esa oveja perdida que tú encontraste,
gracias Señor porque me fuiste a buscar
me hayaste herida y en tus brazos me cargaste
y me traiste de nuevo a tu Santo Hogar.
Gracias Señor por todo lo que me has dado
gracias... por morir por mí en la cruz,
gracias... por perdonar mis pecados,
gracias... por amarme así, Jesús.
gracias Señor, gracias.
Autora: Explotie
© 2004 Derechos reservados
Marzo 9, 2004
 


Página creada con Amor por Karinoza45
© 2005 Derechos Reservados por sus autores
Marzo 13, 2005
Pàgina actualizada: 8-4-2018
POR FAVOR NO TOMES NADA DE ÈSTA PÀGINA
|