Escucho el tic tac del reloj que adorna mi vida.
No se detiene aunque pasen tormentas y fríos.
Es preciso y seguro, es testigo de la espera perdida.
En olvido, ve correr el tiempo sin bríos.
Déjame alcanzar tus pasos, tocar tu música.
Al ritmo que caminas regálame tu estadía.
Tú eres la expresión de un amor que nunca termina.
Creo que si mi amada no llegara a tiempo, moriría.
Mi reloj no se detiene, envejece día a día.
Es mi mejor testigo de la espera doncella mía.
En fuertes tormentas fue mi sostén y guía.
Ya no marques más las horas y de amor llena mi vida.
Autor: Josean
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Abril 3, 2002
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