No te puedes imaginar cuando me ves,
todos los dias mi piel se ve radiante,
me admiran por mi hermosura.
Pero
ésta noche se me ve la palidez,
salí de mi ataúd hambrienta,
sedienta,
ansiosa por beber líquido
coagulante...
Vendré por ti ésta noche...
Morderé y chuparé tu apetitoso cuello,
deleitando la última gota de tu sangre!