Ahora que te vás, devuélveme el anillo,
aquel que puse en tu mano
con amor y cariño, y gustoso recibiste
como un juguete un niño.
Porque sé que ahora que te unirás a ella,
te pedirá que te quites cualquier sortija
que no sea su regalo o ella no elija.
Y aunque no podré ver cuando te quites el anillo,
porque así te lo ha exijido,
al tan solo imaginarlo no podré tolerarlo,
por eso y previniendo ese momento,
te pido el anillo para evitarlo.