Me
uno
a
tu
gran
pesar,
por
la
partida
de
tu
adorada
madre,
Dios
te
de
fé,
resignación,
para
aceptar
su
fallecimiento,
y
te
de
resistencia
para
soportar
el
dolor,
en
su
último
adios.
Una
Madre
es
única,
su
amor
eterno,
no
se
puede
remplazar,
por
ello,
desde
otra
dimensión,
habitará
siempre
en
tu
corazón.
Será
una
estrella
del
cielo,
que
con
su
luz
perpetua
te
iluminará.
Postrada
bajo
el
seno
Santo,
misericordioso
y
milagroso
de
Dios,
desde
la
Gloria,
será
tu
ángel
protector,
tu
guía
Celestial...
Descanse
en
paz...
tu
madrecita...
¡Amèn!
©
Karinoza45
1-9-2008 |